En El Salvador, ¿Quién pisotea la Constitución?


Por José Manuel Ortiz Benítez

“La desnutrición infantil crónica en El Salvador es tan habitual como en África o Asia meridional” – Informe Oficial del Banco Mundial sobre Desnutrición en Centroamérica – Diciembre 2006.

“En Centro América, la desnutrición infantil contribuye a aumentar la pobreza y, a largo plazo, puede afectar negativamente el crecimiento económico de un país en hasta 3% del PIB anual”, señaló la Sra. Evangeline Javier, Directora de Desarrollo Humano en la Región de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, en conferencia con los medios la tarde del 17 de diciembre de 2006.

La señora Evangeline Javier nunca ha estado de visita en las entrañas de Apopa, en el bullicioso Mercado Municipal de Soyapango o en el olvidado, beautiful, contryside de Morazán, El Salvador.

Sin embargo, ella sostiene ferozmente en sus libros de contabilidad de desarrollo humano, que por cada 100 niños salvadoreños menores de 5 años de edad, 37 sufren de “malnutrición” y 16 sufren “desnutrición severa”, la antesala del paraíso celestial al que van a parar todos los niños inocentes cuando mueren lentamente de hambruna.

Las estadísticas oficiales son esas, pero la realidad sobre el terreno puede ser peor, porque las encuestas que nutren la liturgia oficial toman como universo las escuelas y los hospitales, toda la población infantil que no haya ido nunca a la escuela o visitado una clínica u hospital queda fuera de las encuestas.

“El primero se me murió a las 2 semanas de nacido” –dice Rosario, una madre de cuatro criaturas, hundida en la miseria en el Cantón de Sunsulaca, Cacaopera, Morazán.

Rosario no sabe por qué su recién nacido amaneció tieso y morado la mañana del 10 de enero de 2006. “Le daba de comer agua de arroz, con café de maíz; es la voluntad del Señor”, dice con esa remarcada humildad en la cara que tanto distingue a los salvadoreños.

24,000 salvadoreños, entre 15 y 50 años de edad, tienen SIDA en El Salvador, dice otro informe del Ministerio de Salud Pública, con fecha de octubre de 2010. “2,000 jóvenes salvadoreños se infectan del Virus VHI cada año”, concluye.

“Crece número de homicidios en El Salvador”, dice la prensa nacional, la internacional y los denominados “blogueros ciudadanos”. A veces son 16 homicidios al día, a veces 8, otras veces son 10. Sean los sean al día, esa cifra de homicidios es siete veces más que lo equivalente a una pandemia nacional, según los parámetros de la ONU. Es un exterminio.

“Hay una gran acción contra el crimen organizado en Colombia y México y (las mafias) se están viniendo a la parte más vulnerable del continente (a Centro América). El cálculo que estarán haciendo es que si en Guatemala comienza a surtir efecto el tema de desarticulación de redes, puede que estas redes se trasladen a El Salvador” sostiene Francisco Dall’Anese, Director de la Comisión Internacional Contra la Impunidad.

“La narcomafia méxico-colombiana y las maras salvadoreñas ya han hecho las pases y su terror se puede intensificar todavía más en la región”, escribe un reconocido periodista mexicano.

A pesar del esfuerzo y el cambio, “la incidencia de la pobreza en El Salvador está en fase de extensión, el 58% de la población vive en la pobreza relativa –menos de 5 dólares al día– y 800,000 salvadoreños viven en la extrema pobreza, –menos de 1 dólar al día–“ dice Los Angeles Times, en California, donde han ido a resbalarse más de un millón de salvadoreños empujados por la guerra, la miseria y la madre naturaleza.

“El calentamiento global de los países industrializados afecta de manera especial a Centroamérica, la zona más vulnerable, inconsciente y menos preparada del hemisferio en el desafío medioambiental” alerta en balde un científico americano amigo de la región.

El artículo 125 de la Constitución reza: “Los Diputados representan al pueblo entero y no están ligados por ningún mandato imperativo”. Cuatro renglones más adelantito, continúa la Constitución, en su artículo 131, inciso 32º: “Corresponde a la Asamblea Legislativa nombrar comisiones especiales para asuntos de interés nacional”.

¿Asuntos de interés nacional?

¿Cuántas comisiones especiales hay en marcha en la Asamblea Legislativa para afrontar y reaccionar eficazmente ante asuntos de interés nacional reales, como la inseguridad, la violencia familiar, la salud, la educación vial, el alcoholismo, el narcotráfico, la emigración o la amenaza medioambiental que conjuntamente matan literalmente a decenas de salvadoreños todos los días?

Los diputados tienen un cacao de problemas gordos en los que podrían pasar trabajando de verdad, sin dar abasto, las 24 horas del día, los 7 días de la semana, los 365 días del año.

¿Es, en esencia, un asunto de interés nacional, merecedor de una comisión especial, la revisión y la contra-sentencia, por parte de los diputados de la Asamblea Legislativa, del fallo de candidaturas abiertas e independientes emitido por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, máxima y única instancia autorizada para interpretar y resolver disputas constitucionales?

¿Quién pisotea la Constitución?

Hay asuntos de interés nacional reales que destruyen miles de vidas humanas y hay otros que son sólo aire caliente para esparcir como veneno sobre las cabezas de los salvadoreños a través de algunos medios de comunicación.

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