LAICISMO, MODERNIDAD Y SINCRONISMO

Lunes, 27 de Agosto de 2012 / 08:35 h

Miguel Ángel Dueñas Góchez*

Leyendo uno de los tantos ejemplos publicados por Medios de Comunicación del Perú. Diario (citado por el Obispo Auxiliar de Trinidad, Beni Manuel Eguiguren). Se refiere a un histórico hecho acontecido en 1985 en Perú, cuando pueblos indígenas devolvieron al Papa una Biblia, diciendo: “En cinco siglos no nos ha dado ni amor, ni paz, ni justicia. Por favor tome de nuevo su Biblia y devuélvala a nuestros opresores, porque ellos necesitan sus preceptos morales más que nosotros. Porque desde la llegada de Cristóbal Colón se impuso a la América por la fuerza una cultura, una lengua, una religión y unos valores propios de Europa”.
 

Para disfrazar la domesticidad que imperó con la llegada de conquistadores y religiosos a nuestra tierra, utilizan el “sincronismo” que sale de su noción geográfica para considerarse una visión que valora como desarrollo válido el proveniente de la cultura occidental, mundialmente impuesta y admitida como única.
El sincronismo está presente en casi todas las religiones mundiales como lo muestran ciertas festividades religiosas, por ejemplo: la navidad, día de la Cruz, fiestas Patronales, otros.
El catolicismo, si bien es parte de la historia –y del presente- de los pueblos, ocupa una gran parte de su “historia sangrienta” plagada de violencia, con una ausencia absoluta de democratización de la cultura y las creencias, aplastando de esta forma aquella posibilidad de creer en lo que realmente a una persona le inspire fe, orden y armonía en la vida; en otras palabras, sin ningún reconocimiento a sus derechos de libertad.
Es en este contexto que, renunciar al laicismo es renunciar a la modernidad y es darle entrada al arrogante fundamentalismo.
 

La modernidad constituye un proyecto cultural que difunde valores vinculados a la promoción de la libertad individual, de la justicia social y al progreso social en el sentido de desarrollo de potencialidades personales como a una vocación democrática que lleva a la defensa del respeto a la diferencia y la diversidad.
De la misma forma, el ejercicio de un derecho trae implícitamente el respeto y realización de otros, por tanto la vulneración de alguno, afecta también el carácter de otros.

*Lic. en Relaciones Internacionales.