CONAPIES: PRONUNCIAMIENTO ANTE LA DRAMÁTICA SITUACIÓN DE VIOLENCIA QUE VIVE EL SALVADOR

COORDINADORA NACIONAL DE PUEBLOS INDIGENAS DE EL SALVADOR (CONAPIES)
PRONUNCIAMIENTO ANTE LA DRAMÁTICA SITUACIÓN DE VIOLENCIA QUE VIVE EL SALVADOR

Este país, El Salvador, como estado colonial, vive una grave situación de emergencia ante la ola de violencia que amenaza la vida de los pueblos, las comunidades y familias, particularmente de aquellas que viven en condiciones de empobrecimiento, vulnerabilidades y exclusión, generadas por las profundas desigualdades e inequidades históricas después de la imposición del paradigma occidental de vida en el que se desarrolla nuestra existencia. Como parte de los pueblos indígenas originarios nos solidarizamos, tal como lo proclamaba Monseñor Romero, con todos los pueblos que componen la sociedad salvadoreña, con la ciudadanía en general, y especialmente con los pueblos originarios que habitamos en el territorio que hoy se llama El Salvador, específicamente con territorios indígenas con altos índices de homicidios a nivel nacional: Nahuizalco e Izalco, ambos de del departamento de Sonsonate, Panchimalco, del departamento de San Salvador, Santa Cruz Michapa de Cuscatlán, Tecoluca del departamento San Vicente. La impunidad y corrupción en los diversos ámbitos y niveles, son grandes obstáculos para garantizar a los pueblos y ciudadanía en general, el goce pleno de sus Derechos Humanos y particularmente de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales, así como también Derechos Civiles y Políticos. La violencia en el territorio que hoy se denomina El Salvador, tiene antecedentes históricos en la invasión, ocupación e instauración del Estado colonial, creado sobre la base una identidad marcada por la violencia, saqueo, despojos, matanzas, genocidios y masacres como la de 1932, que han conllevado a la destrucción de las culturas, la expropiación de tierras, territorios y lugares sagrados de los pueblos indígenas originarios, y el creciente empobrecimiento de todos los pueblos. A lo largo de la historia podemos señalar acontecimientos que han marcado la vida de los pueblos: Las luchas de los pueblos Nonualcos que fueron detenidas con el asesinato de sus líderes indígenas, miembros de varios de los pueblos originarios. Estos ofrendaron sus vidas en el conflicto armado de la guerra civil 1980- 1992, participando en los diferentes frentes de guerra que llevaban nombres de líderes ancestrales: Feliciano Ama (Nahuat Pipil), Modesto Ramírez (Chortí), Francisco Sánchez (Lenca) y Anastasio Aquino (Nonualco). Después de 23 años de haberse firmado los Acuerdos de Paz, que pusieron fin al conflicto armado de los años 80’s, aun no recogemos los frutos de este proceso histórico, tomando en cuenta que la garantía a los derechos de los pueblos indígenas no fue considerado en ningún capítulo de las negociaciones entre los firmantes, a pesar de que muchos indígenas ofrendaron sus vidas en el conflicto y participaron de los diferentes frentes de guerra. Los daños históricos provocados por estas vulneraciones a los pueblos y sus culturas, en particular de los pueblos indígenas originarios, siguen vigentes, sin contar con políticas públicas efectivas, tanto de Estado como de Gobierno que aseguren la reparación y resarcimiento de los daños, así como la deconstrucción del círculo de violencia estructural que continua propiciando condiciones de empobrecimiento, exclusión e invisibilización de las culturas ancestrales. Vemos con mucha preocupación que iniciativas de ley emanadas del Plan El Salvador Seguro, dan indicios de la continuidad acciones de criminalización de comunidades y territorios con el aumento de operativos policiales, que amenazan y vulneran derechos en nombre de la seguridad ciudadana. Consideramos que la verdadera seguridad es la paz, y no hay posibilidades de manifestar esa paz, sin erradicar la impunidad, la corrupción, las desigualdades, las inequidades, el empobrecimiento y la exclusión. Nos preocupa que para estos fines no se vislumbran iniciativas de ley y acciones transformativas, más allá de la represión y persecución del delito. Hacemos un llamado urgente a trabajar esta situación. Observamos que en la actualidad las condiciones existentes propician una descomposición social, espiritual, material, ambiental y política de los pueblos y sus territorios ancestrales. 

ANTE ESTAS REALIDADES INNEGABLES URGIMOS: Tomar medidas inmediatas para realizar un proceso de refundación del Estado colonial de El Salvador, caracterizado por los altos niveles de racismo, discriminación y exclusión, para trascender a un Estado plurinacional y multicultural Aprobación en la presente legislatura de la Ratificación a la Reforma Constitucional del artículo 69 de la Constitución Política de El Salvador para garantizar el Derecho Humano al Agua y Alimentación Ratificación inmediata de Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales en países independientes Crear un mecanismo de implementación que asegure la aplicación del artículo 63 de la Constitución Política de El Salvador, sobre el reconocimiento de la existencia de los pueblos indígenas en El Salvador. Pronta y cumplida justicia, deduciendo responsabilidades en los casos concretos denunciados y señalados contra los pueblos originarios y sus organizaciones Instamos a la PDDH, para que sea vigilante del debido proceso en los operativos policiales a fin de garantizar el Interés Superior del Niño y Niña indígena y niñez en general en su protección, así como la de las personas adultas mayores Creación y aprobación de las Políticas públicas de Estado y de Gobierno para la atención y protección de personas víctimas de violencia Establecer mecanismos basados en el principio de precaución, que permitan detengan el proceso de violencia en contra de infancias, adolescencias y juventudes, para que sean forzados a participar en violencia, extorsiones, y toda clase de crímenes y después pasen a ser incorporados por la fuerza a ser parte de las bandas criminales A obedecer el llamado de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, crear toda posible condición para que cese la violencia, cese que cese la violencia, que cese la violencia, y a oír el clamor de nuestros pueblos y comunidades, que a grito vivo ruegan por la paz Dado en San Salvador, 13 de febrero, 2015 Para más información contactar a: Amado Ramos, amado.balam@gmail.com, 7222-5441 o César Artiga, cesarneftali@gmail.com, 7210-1221 La Coordinadora Nacional de Pueblos Originarios de El Salvador (CNPO-ES) integrada por Los Pueblos Nahuat Pipil del Occidente de El Salvador, la organización Los Pasos del Jaguar, la Alianza de Pueblos Originarios Lencas, Ulúas y Nonualcos, el Pueblo Kakawira y el Pueblo Chortí; en colaboración con la Alianza para el Buen Vivir, la Paz y la Sustentabilidad, el Movimiento Siglo XXIII, el Comité Ecuménico de Estudiantes Universitarios Salvadoreños (CEEUS), el Grupo Sin Cuenta (G50), el Punto Focal de El Salvador del Movimiento de Juventudes Río+Vos y las Universidades Internacionales Libres para la Paz YULTUK NE TEHTEXAN IKMAN 


¡Que vivan las primeras naciones!