Lecciones de la ANEP sobre lucha de clases

Lunes, 20 Enero 2014

Julia Evelyn Martínez (*)

“Por supuesto que hay  una lucha de clases, pero es mi clase, la clase de los ricos, la que la  está haciendo y la que la va ganando”.

Warren Buffet, 2009

La portada de El Diario de Hoy del pasado 17.01.2014 no pudo ser  más elocuente: “GOBIERNO RETROCEDE Y APLAZA COBRO ADUANAL”. Atinado epilogo para el  nuevo triunfo del Capital nacional y transnacional sobre el Gobierno de El Salvador, que fue logrado gracias a la aprobación de un decreto legislativo que suspendió el cobro de la tarifa de $18 en concepto de revisión de mercancías en las aduanas terrestres y que había entrado en vigencia apenas una semana antes.
El acuerdo de suspensión fue alcanzado por unanimidad en el Congreso a solicitud del propio Ministro de Hacienda. La decisión del gobierno se tomó luego de reconocer su  incapacidad de insistir en el cobro de dicha tarifa ante los efectos económicos, sociales y políticos ocasionados por la protesta de los grandes empresarios del transporte de carga, quienes mantuvieron bloqueadas las aduanas durante una semana, con el apoyo unánime de las asociaciones empresariales aglutinadas en la ANEP (ASI, Cámara de Comercio, COEXPORT, CAMTEX, CAMAGRO, ASTIC, ASETCA) y del partido ARENA.
La lucha desarrollada en esta ocasión por el sector empresarial se realizó mediante una estrategia de presión que desabasteció a los mercados populares y generó problemas de movilización a miles de personas. Sin embargo, ningún medio de comunicación, editorialista o columnista, se atrevió a señalar esta acción como ilegal o inmoral. Se trató de una demostración de fuerza que tampoco justificó por parte del gobierno el uso de medidas “persuasivas” por parte de la UMO (Unidad de Mantenimiento del Orden), tal como suele ocurrir cuando son las organizaciones populares y/o las comunidades las que intentan tomarse calles o edificios en defensa de sus intereses y demandas.
Las gremiales empresariales actuaron de forma organizada, coordinada y disciplinada. Hicieron uso de todos los medios a su alcance para crear en la opinión pública la idea que la suspensión del cobro era un tema de interés nacional y que mantenerlo era una muestra más de la incompetencia gubernamental. El gobierno quedó aislado en la defensa de esta medida, y finalmente, como suele ocurrir en el tema económico, no tuvo más remedio que ceder y retroceder. Mientras tanto, el servicio de revisión de mercaderías por medio de scanner continuará realizándose en las fronteras, pero no serán las empresas las que tengan que pagar por ese servicio. Será el  Ministerio de Hacienda quien deberá echar mano de fondos públicos