Belén 
tiene 11 años y está embarazada. Durante dos años experimentó abusos y 
violaciones por parte de la pareja de su madre, sin que nadie se diera cuenta o 
sin que nadie hiciera nada para evitarlo. El caso, recién denunciado y que 
circula en prensa nacional e internacional, avergüenza a la sociedad chilena y, 
sobre todo, avergüenza al Estado chileno que se ha negado, porfiadamente, a 
derogar la legislación punitiva que prohíbe la interrupción legal del embarazo 
en cualquier circunstancia. Incluso en este, en que una niña violada debe 
enfrentar un embarazo impuesto por la fuerza, con las consecuencias que ello 
puede acarrear en su vida y su salud.
La 
violación sexual cobra especial gravedad cuando afecta a menores de edad -en la 
vasta mayoría niñas atacadas por varones de su círculo familiar más cercano- por 
su dificultad para rechazar y denunciar el ataque. En algunos sectores sociales 
el incesto es considerado como parte de las relaciones “normales” que se 
establecen entre un padre o padrastro y su progenie, mientras la madre calla y 
acata. Estas relaciones incestuosas e impunes sepultan para siempre el futuro de 
estas niñas-madres, dramas que se hunden en el silencio e indiferencia social. 
Un embarazo indeseado, impuesto por la fuerza, no constituye sino la 
prolongación de la violencia, y contribuye a un mayor deterioro en la salud 
mental de la mujer o niña abusada. Ningún discurso moral, ético ni religioso 
puede justificar tal trasgresión a la integridad corporal y psíquica de la niña 
abusada.
Mientras 
en países como Uruguay se avanza a legislaciones progresistas y más humanas que 
reconocen la autodeterminación de las mujeres frente a un embarazo,  y se 
rechazan propuestas regresivas que intentan su derogación, Chile sigue siendo 
uno de los escasos países del mundo que no permiten el aborto en ninguna 
condición, condenando a las mujeres a maternidades impuestas o a abortar en 
condiciones de riesgo y clandestinidad.
La 
interrupción del embarazo por razones terapéuticas existió en el país desde 
1931, pero fue derogado en 1989 tras una negociación directa de la alta 
jerarquía de la Iglesia Católica con la Junta de Gobierno presidida por el 
dictador Pinochet, poco antes del término de su gobierno de facto. En la vuelta 
a la democracia, los sucesivos gobiernos se han negado tozudamente a incluir en 
sus agendas la reposición del aborto terapéutico ni han apoyado propuestas 
legislativas que buscan despenalizar, en abierta contravención con compromisos 
asumidos por Chile en la Conferencia de Beijing, que en el párrafo 106, letra k, 
de su Plataforma de Acción, llama a revisar las leyes punitivas contra mujeres 
que abortan. Y pese a recibir recomendaciones directas en este sentido del 
Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas y del Comité de la CEDAW. El peso 
del lobby eclesiástico ha sido 
determinante para esta situación que subordina y desconoce a las mujeres como 
sujetas de derecho.
La Articulación 
Feminista por la Libertad de Decidir, Punto Focal de la Campaña 28 de Septiembre 
por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, como 
parte activa de los movimientos sociales que luchan por un Chile más justo, 
exige y confronta a los poderes del Estado para que asuman sin dilaciones su 
responsabilidad de proteger la vida, salud y derechos de las 
pequeñas violadas. En primer lugar, cautelar el derecho a la salud que le asiste 
a todo ser humano, y que en estos 
 casos está amenazada por 
la corta edad de las 
niñas, ya que sus 
organismos no 
tienen la 
madurez para llevar adelante un evento reproductivo como un embarazo y parto. Y, 
por sobre todo, llama a respetar el derecho humano de toda mujer y niña a la 
libertad y autonomía reproductiva.
Hay 
muchas Belén en Chile, cuyos cuerpos siguen siendo cautivos de la violencia 
machista y de la violencia institucional que les niega el aborto legal por 
violación. 
¡BASTA 
YA! ¡ESTADOS LAICOS, PERSONAS LIBRES!
¡TODAS 
SOMOS BELEN! ¡ABORTO 
LEGAL, SEGURO Y 
GRATUITO!
Firmas 
organizaciones
Articulación 
Feminista por la Libertad de Decidir, AFLD
Comité 
de Servicio Chileno, COSECH 
Corporación 
Humanas, Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género 
Fundación 
Instituto de la Mujer
Observatorio 
de Equidad de Género en Salud
Red 
Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres
Colectivo 
Conspirando
Movimiento 
pro Emancipación de la Mujer Chilena, MEMCH
Fundación 
Margen
Educación 
Popular en Salud, EPES
La 
Ciudad de las Diosas
Foro 
de Salud y Derechos Sexuales y Reproductivos
MODEMU, 
Movimiento por los Derechos de la Mujer 
Colectivo 
Agar 
Centro 
Social Quidell de la región del Maule
Centro 
de Estudios para el Desarrollo de la Mujer-CEDEM
Mesa 
Intersectorial de prevención VIH,SIDA,ITS y temáticas asociadas de la zona sur 
oriente
Red 
Entrelazando - MenEngage Chile
Campaña 
del Lazo Blanco Chile
EME 
y Cultura Salud, Chile
Observatorio 
de Sociedad y Género de la V Región, Chile
OTD, 
Organización de Transexuales por la Dignidad de la Diversidad
Firmas 
individuales
Angela 
Neira Muñoz, Consultora y Editorial Académicas, Bolivia. Activista feminista, 
Chile.
Mariela 
Infante Erazo, socióloga Corporación humanas.
Carolina 
Ibacache C. Feminista de Valparaíso
Roxana 
Valdés Vergara, Feminista de Santiago
Silvia 
Morales, feminista
Claudia 
Echeverría, socióloga, feminista
Carmen 
Gloria Bravo,  Encargada 
de Extensión Instituto de Estudios Avanzados, Universidad de Santiago de 
Chile
Josaphat 
Jarpa, Facultad Evangélica de Teología de Chile CTE Iván Pérez Alcaíni, 
Profesor, Santiago, Chile
Karina 
Sánchez Villegas, Trabajadora Social, Santiago, Chile.