¿Cómo es posible que quienes causan tanto dolor siguan siendo para algunos profesionales referentes educacionales?


En España, como en EEUU donde se inició, se ha venido infiltrando de forma camuflada el Movimiento Posmachista, escondiéndose tras todo tipo de siglas y supuestas asociaciones de padres separados por la custodia compartida, por la defensa de sus hijos, etc.

Tal movimiento surge como una clara reacción a la conquista y al avance de los derechos de las mujeres en este país y en el mundo. En muchos países se han creado coaliciones de expert@s en maltrato infantil y violencia de género para desenmascararlos, ya que utilizan especialmente el sistema judicial para seguir maltratando a la mujer y a sus hij@s sirviéndose del síndrome de alineación parental (SAP), generando graves situaciones por la custodia compartida o régimen de visitas.

Este síndrome no ha sido reconocido jamás por ninguna asociación profesional ni científica internacional.

En este país, el informe del Observatorio de la Violencia de Género concluyó hace tiempo que carece de toda validez científica y que no existe. La asociación americana de psicologia (APA), una de las más prestigiosas del mundo, dice en su informe sobre violencia y familia que el SAP es utilizado para culpar a las mujeres de los miedos y angustias razonables de los niñ@s hacia su padre violento, haciéndolas a ellas responsables y doblemente víctimas de la situación.

Pero bajo el disfraz de buscar una supuesta igualdad real, los grupos posmachistas consiguen colar mitos y falsas ideas que neutralizan los instrumentos de los que disponemos para la protección de los derechos de las mujeres, especialmente de las que sufren violencia y de sus hij@s, y lo más grave es que jueces, fiscales y peritos judiciales utilizan el SAP en vistas y sentencias que culminan con el cambio de guarda y custodia a favor del maltratador, internamiento de los menores en centros de acogida e ingreso en prisión de las madres por haber manipulado la mente de sus hij@s contra su padre.

Muchas de las mujeres que son víctimas de la utilización y manipulación del SAP se encerrarán como medida de protesta en Sevilla en los primeros días de marzo. Algunas de ellas han perdido la custodia de sus hijos e hijas, que, tras rechazar y no querer continuar con el trauma que supone volver a encontrarte y convirvir con quien te ha agredido y maltratado, son nuevamente condenad@ s a seguir siendo violentad@ s y acusad@s de ser manipulad@ s por sus madres.

¿Cómo podemos llegar a estas perversidades y cómo se pueden consentir? Tod@s tendríamos que tener clara la idea de que cuando un niño o una niña rechazan a uno de sus progenitores es por que sabe, por que lo ha padecido y sufrido, que es violento y agresivo. En la casa de acogida para mujeres maltratadas que dirige la maestra y experta Ana María Pérez del Campo y donde tuve el privilegio de compartir en varios ocasiones cariño, amistad, lagrimas y solidaridad con mujeres fuertes y valientes, me contaron cómo una de esas mujeres llegó al centro con un bebé de unos tres meses. El bebé no sonreía ni lloraba, no expresaba emociones. El bebé ya padecía un proceso de angustia y depresión. Al cabo de un tiempo en la casa, comenzó, lejos del maltratador y con una vida sin violencia, a sonreir y a vivir.

¿Cómo es posible que quienes causan tanto dolor sigan siendo para algunos profesionales, desde luego sin escrúpulos, referentes educacionales?



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