Informe CEPAL sobre la violencia en AL y el caribe



Les estamos invitando a bajar este estudio de la CEPAL, por motivos de espacio no se los enviamos, pero nos parece interesantes los datos publicados, ademas publicamos parte de lo que como hombres estamos haciendo para erradicar la violencia (pg. 89 en el informe), aqui les incluimos la direccion electronica, saludos y aproveches este estudio.




¡Ni una más!




El derecho a vivir una vida libre de violencia en América Latina y el Caribe



2. La voz de los hombres
La todavía incipiente solidaridad de los hombres con las mujeres violentadas se produce a raíz del creciente rechazo a la “masculinidad sexista” y “heterosexista”, por la que los heterosexuales son considerados normales en relación a los homosexuales (Olavarría, 2006). La capacidad de los hombres de ejercer la violencia física por la potencia de su cuerpo es denunciada como recurso de poder otorgado por el modelo hegemónico de masculinidad patriarcal: “Los cuerpos de los varones son –potencialmente– agresivos en los distintos espacios públicos y privados en que circulan las mujeres y los ‘débiles’: en sus hogares, con sus parejas e hijos/as; en la calle, con aquellas que anden ‘solas’ sin varones adultos, con los niños, los ancianos y los homosexuales; en el trabajo, acosándolas sexualmente; en la guerra, como trofeos de guerra, en violaciones masivas, ‘limpieza’ de género y genocidios” (Olavarría, 2006).
Esta denuncia se materializó en un movimiento iniciado en Canadá en el año 1991 después de la masacre de Montreal y que se difundió en un gran número de países mediante la Campaña del Lazo Blanco “Hombres trabajando para poner fin a la violencia de los hombres contra las mujeres” (Flood, 2001).86 En América Latina y el Caribe, la campaña ha sido apoyada públicamente por grupos en Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Trinidad y Tabago, República Bolivariana de Venezuela (recuadro 26),87 y han surgido experiencias similares en otros países como Costa Rica, Honduras, Uruguay y Saint Kitts y Nevis en el Caribe. Desde 2002, muchos de ellos han firmado el Manifesto latinoamericano de hombres contra la violencia hacia las mujeres, que busca impulsar la toma de conciencia sobre el papel que juegan en esta situación, fomentar relaciones respetuosas entre hombres y mujeres e incitar a una participación activa en la campaña (recuadro 27).
En los últimos meses, estas campañas han cobrado una creciente visibilidad a nivel masivo, como los comerciales televisivos con “señores célebres” del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires difundidos al principio del 2007 en el marco de la campaña “Todos por todas. Compromiso de varones para la igualdad de género”88 y la marcha convocada por el gobierno de Montevideo el día 27 de noviembre de 2006 de los más de 500 varones que ya habían firmado la Carta de compromiso contra la violencia doméstica que hizo circular la Secretaría de la Mujer, en la que el intendente de la ciudad fue acompañado por ministros, senadores, diputados y ediles de diferentes partidos políticos, además de artistas y empresarios.89 El día 29 de marzo siguiente, el Departamento de Cultura, la Secretaría de la Mujer y la Comisión de Equidad y Género de la
Intendencia Municipal de Montevideo invitaron a los varones de la ciudad a participar al Cabildo 2007 –15 años después del primer Cabildo de varones en Uruguay– sobre “La violencia en cuestión: los montevideanos en Cabildo”, para crear un espacio de reflexión y debate acerca del papel y el compromiso personal e institucional de los varones en la lucha contra la violencia doméstica desde una perspectiva de género, con énfasis en los procesos culturales y educativos.

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