Abusó de una niña de ocho años e intentó matarla tirándola a una fosa séptica.

Su confesión le valió que el tribunal le impusiera la pena menor de 15 años por el delito de feminicidio agravado en grado de tentativa. La Fiscalía aceptó la solicitud de la Defensa.

Última actualización: 16 DE DICIEMBRE DE 2013 06:04 | por Carmen Rodríguez
Emetelio de Jesús Echeverría, de 42 años, confesó ante el juez haber metido a una niña de ocho años en una fosa séptica de su vivienda luego que abusó de ella, para evitar que los familiares de la niña la encontraran en su casa.

“No la golpeé, solo la toqué y como andaba medio borracho se me ocurrió meterla en la fosa porque ya la andaban buscando y como está pequeña bien cabía en la taza del baño, le doblé el cuerpecito y la metí para que no la encontraran” admitió.

Su confesión le valió que el tribunal le impusiera la pena menor de 15 años por el delito de feminicidio agravado en grado de tentativa, luego que la Fiscalía aceptara la solicitud de la defensa del imputado.

Michelle (nombre ficticio de la niña) salió de su casa el 10 de febrero poco antes de la hora de almuerzo. S madre le pidió que fuera a comprar un consomé de pollo para terminar de preparar el almuerzo.

Dos casas antes de llegar a la tienda, estaba ubicada la champa de lámina donde vivía Emetelio, y ese día el hombre estaba afuera justo cuando Michelle pasó por ahí.

Según el expediente judicial, cuando la niña se acercó a él éste la tomó del brazo y la cargó. La niña intentó luchar para soltarse pero no pudo. El sujeto la metió rápidamente a su champa.

En todo su relato ante el tribunal la niña recordó todo lo que había sucedido: el hombre la tiró a una cama sucia, y en el forcejeo para quitarle la ropa la niña perdió sus lentes.

Mientras abusaba de ella el hombre le tapó la boca para evitar que gritara. “También me puyaba los ojos con sus dedos, me dolía y yo gritaba pero no me dejaba…” dijo la niña. El hombre le puyó ambos ojos para evitar que la niña se defendiera.

Mientras esto sucedía en la champa, en la casa de Michelle su tardanza despertó preocupación entre su familia. Su hermana mayor fue a buscarla a la tienda. Los vecinos le dijeron que habían escuchado unos gritos pero pensaron que eran los niños de los vecinos jugando.

La explicación no dejó tranquila a la hermana de Michelle y ante las sospechas hacia Emetelio decidió entrar a la champa con cuidado de no ser vista. Al entrar escuchó a su hermana pequeña gritar y sin dudar fue por su mamá y su tío.

La familia de Michelle corrió y cuando se aproximaron a la champa empezaron a gritar. Emetelio escuchó la conmoción. Levantó a la niña de la cama y se la llevó hacía la parte trasera de su champa. La niña recuerda haber visto el baño y empezó a gritarle a su mamá.

“Le doblé el cuerpecito y la metí a la taza para que no la encontraran… todo lo que dicen que pasó es cierto”, dijo el hombre al ser cuestionado por la jueza sobre su responsabilidad. Luego Emetelio escapó de la casa.

La madre de la niña dijo que en su desesperación no podía distinguir bien de dónde venían los gritos de su hija. Corrieron por todo el terreno pero no ubicaban de dónde venían los gritos. Cuando los vecinos vieron al sujeto que intentaba escapar llamaron a la policía.

“Mamita, mamita, estoy aquí en el baño! Apurate mamita sacame que me van a comer los gusanos…” gritaba Michelle asustada.

Entre la familia de la niña y los vecinos juntaron un lazo y lograron sacarla de la fosa y la llevaron a la casa para asearla. Cuando la policía llegó llevaron a la pequeña Michelle a la unidad de salud de la zona.

La acusación

Michelle recibió atención médica y la policía la asesoró para presentar la acusación en contra de Emetelio, que fue capturado por los vecinos quienes lo amarraron para evitar que se escapara nuevamente.

El sujeto fue llevado a las bartolinas de la policía y luego fue presentado ante el tribunal de Cabañas para ser acusado por los delitos de agresiones sexuales e intento de feminicidio agravado.

Los resultados de los análisis médicos practicados a la pequeña Michelle no fueron alentadores. La exposición y el contacto con las heces durante el tiempo que estuvo en la fosa séptica causaron un daño a sus ojos, al punto que estuvo a punto de perder la visión en el ojo izquierdo.

La niña tenía laceraciones en la espalda, los glúteos y las piernas, además escoriaciones y moretones en todo el cuerpo. Según el informe de Medicina Legal, también tenía una mordida causada por el sujeto.

Michelle presentó desgarres y además fue intervenida para
evitar que perdiera por completo la vista.

Hasta este momento la menor continúa bajo tratamiento psicológico, médico y los doctores le informaron a la madre que será necesario someter a la niña a otra operación en el ojo izquierdo para tratar de reparar el daño sufrido.

En el juicio en su contra, Emetelio reiteró que todo lo que la niña dijo era cierto, pero negó haberla golpeado y puyado los ojos. En su defensa dijo “que como estaba algo borracho no recordaba muy bien lo que había sucedido”.

Antes de iniciar el juicio la abogada defensora del sujeto solicitó a la jueza que se abreviase el proceso. La ley permite esta acción siempre y cuando el imputado confiese que es responsable y además la parte acusadora debe estar de acuerdo.

Fiscalía y Defensa acordaron sumar los delitos iniciales por lo que Emetelio fue condenado únicamente por el delito mayor de feminicidio agravado en grado de tentativa.

“Yo lo único que quiero es que se haga justicia y si consideran que darle 15 años de cárcel al señor es lo justo estoy de acuerdo, porque ya no quiero que mi niña siga expuesta a todo esto, quiero que se recupere y espero en Dios que no pierda su ojito”, dijo la madre de Michelle a la jueza.

El viernes pasado Emetelio de Jesús Echeverría fue condenado a la pena menor de 15 por haber intentado asesinar a Michelle luego de abusar de ella, además el hombre deberá pagar a la familia una causal de $2 mil para sufragar los daños causados a la pequeña.

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