Un líder sin fronteras: Jorge Hercules

Jorge con nuestra amiga Rosa Rivas

Aunque dejó El Salvador siendo un adolescente, Jorge Hércules no se olvidó de sus raíces y ahora trabaja desde California por el desarrollo de su comunidad.
Jorge Hércules da la impresión de ser un hombre serio, pero al pronunciar un par de palabras deja al descubierto un carisma arrollador y una singular pasión por su natal San Francisco Lempa, un cantón del municipio de San Pablo Tacachico.

Y es que al hablar de esa pequeña comunidad del departamento de La Libertad, Jorge parece asomarse a sus años de infancia y a los amigos de antaño.
Este ejercicio retrospectivo lo traslada hasta 1979, al momento en que dejó San Isidro Lempa para comenzar una nueva vida junto a su familia en los Estados Unidos.
Entonces apenas era un adolescente, y por lo único que debía preocuparse era por aprender el inglés y retomar la escuela. Y eso fue lo que hizo de inmediato.
Como siempre se caracterizó por su buen sentido del humor y la facilidad de palabras, no dudó un instante en tomar varios cursos de locución y periodismo.
"Trabajé por unos 15 años en algunas estaciones de radio de Los Ángeles y Riverside", menciona Jorge.
A pesar de sus éxitos, siempre tuvo en mente a su querido cantón. Fue así como un día, con el corazón lleno de nostalgia, retornó al país en 1991.
En cierta forma, afirma, ese viaje significó una especie de redescubrimiento personal: por primera vez vió las necesidades de los pobladores y al mismo tiempo sintió el impulso de colaborar en su desarrollo de todas las maneras posibles.
"Recuerdo que ese año compré un terreno donde había unas bombas de agua, con la idea de emprender un proyecto que proveyera de agua potable a los vecinos", menciona.
A partir de entonces, en cada uno de sus viajes llegaba con una agenda repleta de actividades para mejorar el cantón, desde reparaciones en la escuela local hasta la construcción de bancas en la antigua estación del tren.
Pero una de las áreas a las que Jorge le presta mayor atención es al medio ambiente y la higiene del lugar. "En septiembre del 2010 hicimos una campaña de limpieza con todos los niños. Me enfoco en trabajar con ellos porque son muy animados. Yo les llamo mis héroes de la comunidad", dice con orgullo.
Jorge se mantiene pendiente de todo lo que ocurre en San Isidro Lempa, aunque viva en California. Él hace uso de todos los medios tecnológicos disponibles para estar en contacto con los líderes comunitarios, además de visitar el país varias veces al año.
Su tiempo es más flexible porque desde hace unos años se dedica a administrar el negocio familiar de fabricación de persianas y venta de cortinas, ubicado en la ciudad de Riverside, California.
Trabajar de manera independiente también le ha facilitado construir una red de contactos de los originarios de San Isidro Lempa que viven en los Estados Unidos. El propósito es que todos contribuyan al mejoramiento del cantón.
Foto cortesía
Jorge dedica mucho tiempo a su querido San Isidro Lempa.
VIDA Y PROGRESO
Aunque Jorge comenzó a trabajar por el mejoramiento de San Isidro por su propia cuenta, pronto se unieron a él sus familiares y amigos más cercanos. Sin darse cuenta, el grupo de colaboradores había crecido de forma inesperada.
"La gente que ahora me apoya son los que eran niños cuando comencé todo. Una vez me llamó un muchacho para decirme que él estaba en octavo grado cuando yo llegué por primera vez. Ahora él está en Estados Unidos y ayuda siempre", cuenta Jorge.
Esa reacción espontánea de la gente fue la que lo impulsó a fundar Vida y Progreso Inc., una organización sin fines de lucro que pretende congregar a los originarios de San Isidro Lempa en todo el mundo para impulsar el desarrollo de la comunidad.
Ahora incluso han surgido varios comités como el de salud, medio ambiente, educación, festejos, deportes, turismo y otros.
Todo funciona con fondos procedentes de donaciones y de actividades organizadas por la comunidad en el exterior, a través de Vida y Progreso Inc.
Gran parte de todo este éxito se debe a Jorge Hércules, y la confianza que han depositado en él quienes colaboraron con la organización.
"La gente envía dinero cada mes. A veces me dicen: 'Hay te van estos $20 o $50'. Yo les pregunto en cuál comité quieren estar, pero ellos me dicen: 'No importa. Mirá en cuál hace falta la inversión'", confiesa.
Al recordar estas palabras, su mirada se torna más brillante y con un dejo de orgullo en su voz enfatiza: "No hay un lugar más unido que San Isidro Lempa".
No es para menos, ya que con la cooperación de todos se han concretado algunos proyectos complejos como el alumbrado eléctrico público, un programa de nutrición con 45 niños, el apoyo al equipo de fútbol federado Fuerte San Isidro, las campañas de limpieza de la cuenca del río Lempa, entre otras.
Para Jorge Hércules la meta a corto plazo es clara: "San Isidro Lempa se convertirá en un municipio".

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