El Rev Luis Guzman, pastor y director de ICM misericorida el salvador

Les compartimos estas "gotas de fe" que el reverendo nos comparte, gracias san por tan importante aporte y un nuevo enfoque de fe, nos une la quijotesca tarea de cambiar estructuras de pensamiento y practicas discriminativas y marginativas, abrazos san y estamos juntos en esto.

"LEVANTANTE, TOMA NUEVA VIDA

“Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. Y no permitió que le siguiese nadie sino Pedro, Jacobo, y Juan hermano de Jacobo. Y vino a casa del principal de la sinagoga, y vio el alboroto y a los que lloraban y lamentaban mucho.
Y entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. Mas él, echando fuera a todos, tomó al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con él, y entró donde estaba la niña. Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente.” (Marcos 5:36,40-42
)

El pasado sábado 27 de junio, como ya lo habíamos anunciado, se llevó a cabo en San Salvador la XI Marcha de la Diversidad Sexual. Un evento anual que genera muchos movimientos en la sociedad, en los espacios políticos de decisión, en la iglesia, en la familia, en la vida personal. De alguna manera en ese día del año se hace visible una realidad, que a diario se quiere ocultar, rechazar, condenar, por las grandes mayorías. En fin, el conflicto propio de la negación de la diversidad versus la pretensión homogenizadora de la condición humana.

La visibilidad de la diversidad sexual puede ser una muerte, de hecho lo es para muchos. Algo a lo que prefieren no enfrentarse y por lo tanto, mejor llorar, sufrir, hacer ruido, distraerse con tal de no tener que asumir la realidad, y en consecuencia tomar decisiones que pauten cambios orientados hacia el respeto, la justicia y la equidad.

La visibilidad es como una niña frágil, pequeña, adolescente que está al margen del crecimiento y la madurez. Tan frágil que puede enfermarse a causa del rechazo, del odio, del miedo, de la condena, y padecer hasta adormecerse y hacernos creer que murió. Tan aletargada por la negación de los demás que sólo puede ser considerada en el sufrimiento y el dolor de lo que pudo ser pero no fue. Así es el duelo de las madres y padres, familiares o amigos de las personas LGBTI, cuando se enteran de quienes son en verdad estos seres tan queridos por ellos. Una reacción común y entendible, pero finalmente no aceptable para siempre.

Los duelos tienen un tiempo para la queja, para la negación, para el enojo, para la depresión y hasta para la desesperación, pero llega un momento en que es necesario crecer, es necesario asumir la realidad y aceptarla, y sólo cuando superamos ese obstáculo podemos reencontrar la paz y la esperanza de vivir de una manera diferente que nos reencuentre y nos libere.

Precisamente esto es lo que sucede en la historia que nos cuenta Marcos en el capítulo 5:21-42 de su evangelio. Un padre muy influyente que ve como una “enfermedad” mata a su hija adolescente, y en su desesperación va tras Jesús. Como autoridad judía del templo, seguramente tendría sus cuestionamientos a ese profeta callejero, que tanto alboroto estaba realizando en el pueblo, pero ante el riesgo de vida de su hija, prefirió dejar de lado sus cuestionamientos morales, religiosos, teológicos e ir tras lo fundamental, la posibilidad de que ese hombre que a tantos había sanado, también hiciera el milagro en su familia.

El relato es bien interesante, les sugiero una lectura detenida de todo el pasaje, el momento final es cuando les anuncian que la niña ha muerto. Jesús, mientras va de camino, le dice al padre: “no tengas miedo, solamente ten fe”. Aparentemente el padre cree más en esas palabras que en los ruidos y los llanto de la gente, y le acompaña hasta donde esta la niña. Allí Jesús toma la mano de la pequeña y le manda a levantarse, esta responde inmediatamente y vuelve a jugar y corretear, ante el estupor de todo mundo. Finalmente Jesús pide silencio sobre el hecho y manda a alimentar a la niña.

Cuando una persona LGBT se enfrenta a la decisión de vivir abiertamente su condición de tal, y deja de considerarse postrado en un lecho de muerte, sucede algo parecido, esas palabras de Jesús son como un bálsamo de esperanza: no tengas miedo, sólo ten fe. No tengas miedo al rechazo de los demás, a la desaprobación de la familia, a la perdida del trabajo. No tengas miedo al odio y a la condena de la iglesia o de la sociedad, sólo son ruidos que distraen. Ten fe en ti, en tu identidad, en tu corazón, en la capacidad de amar y en la oportunidad de hacerlo así como eres y con lo que tienes para ser. Ten fe, Las voces del miedo son ruidosas y confusas, no permiten ver más allá de lo aparente y por lo general te estacionan en la quietud postradora que te mantienen dormido(a).

Ten fe que esto también pasará. Tanto así como es inevitable el crecimiento y desarrollo humano en la condición biológica y psicológica, así será en el desarrollo social y cultural. Sólo ten fe, y vive la única oportunidad que tienes de ser tu mismo(a), mientras estos cambios suceden.

Al final Jesús manda a hacer silencio sobre el hecho milagroso y concentra su mandato en alimentar a la niña. Lo que importa no es como y cuando se da el milagro de la visibilidad, lo trascendente, lo fundamental es alimentar a esa “niña” para que siga creciendo. ¿Acaso hay mayor signo de vida que el alimento?

Las marchas de la diversidad son como ese alimento que permite crecer la visibilidad y con ella la esperanza de la madurez y la libertad. Las marchas no resuelven el asunto de la madurez política de una sociedad: la inclusión y la igualdad. Las marchas son ese alimento de esperanza que permiten a la gente, más allá de su orientación e identidad sexual, sentir, probar, saborear, aunque sea por un momento, el maravilloso paradigma de vivir integrados a un mundo de múltiples colores y expresiones de ser y de amar. Nos permiten ver que un beso es solamente eso: un beso, una expresión afectiva y erótica entre seres humanos, que muestran lo maravilloso del amor y la unidad en la diversidad.

Sólo nos queda asumir las palabras de Jesús como nuestras: TALITA CUMI Necesitamos darle la mano a la gente y decirle sal de tu postración, levántate, se quien eres, Talita cumi lesbiana, gay, bisexual, travesti, transexual; Talita cumi mamá, papá, hermano(a), nuestros familiares y amigos; Talita cumi Congreso de la Nación; Talita cumi Iglesia de Cristo. Talita cumi sociedad contemporánea. Talita cumi tu y yo, Talita cumi el mundo entero.

Rev Luis Guzmán Pastor y Director ICM Misericordia de El Salvador
Miembro del Comité Coordinador El Salvador (CCE) VIH,
Tuberculosis y Malaria http://www.cceelsalvador.org.sv/
Representante del CCE ante la Red Centro Americana de Personas Positivas (REDCA+) http://www.redca.org/
Miembro de la International Aids Society (IAS) www.iasociety.org/
Miembro de la Fraternidad Universal de las Iglesias Comunitarias Metropolitanas (FUICM) http://www.mccregion6.net/
Miembro de la Campaña por la Convención Interamericana de los Derechos Sexuales y Reproductivos (CCIDSR) htpp://campanaelsalvador.es.tl"

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