Con un disfraz de amor y disciplina se maltrata a los niños y adolescentes; con palmaditas, jalón de orejas, de cabello, zapatazos o puntapiés
Con un disfraz de amor y disciplina se maltrata a los niños y adolescentes; con palmaditas, jalón de orejas, de cabello, zapatazos o puntapiés, también se les ridiculiza y se les menosprecia, todo en aras de una buena educación. Estas situaciones son invisibles y permitidas por los gobiernos que no legislan para sancionar a los responsables, con lo que provocan una constante violencia intrafamiliar que se refleja en la sociedad, advirtió la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en su informe sobre el Castigo Corporal y los Derechos Humanos de las Niñas, Niños y Adolescentes.
Durante la presentación del informe, Susana Sottoli, de Unicef México, destacó que en el país se han registrado avances para proteger a la niñez, pero aún existen pendientes que deben atenderse.
Paulo Sergio Pinheiro, relator de los Derechos del Niño de la CIDH, expuso que las estrategias para disciplinar a los niños en todos los países de latinoamérica son a través de los castigos corporales y es “degradante” porque reciben violencia física y moral.
Y calificó de “contradicción absurda” que los países firmen las convenciones de los derechos de los niños y no se legislen los castigos corporales. Sin embargo, reconoció que no sólo se requieren leyes para que no exista la violencia infantil, se requiere que éstas vayan acompañadas de una campaña y de que los padres lo acepten.
Porque en ocasiones, dijo, cuando se trata de legislar los padres se oponen, porque consideran que esos castigos tienen que ir acompañados con la disciplina.
En su exposición convocó a los países latinoamericanos a adaptar sus marcos normativos para la prohibición explícita del castigo corporal en la familia, escuela y en general en la sociedad.
Porque esos castigos pueden infligir graves y duraderos daños al desarrollo físico, sicológico y social de los niños. También, agregó se requieren crear los mecanismos apropiados, programas y políticas de apoyo a las familias, en la educación y crianza de los niños y niñas.
A la presentación asistieron el ombudsman Raúl Plascencia, la diputada Yolanda de la Torre, la titular del DIF Cecilia Landerechea, y Martín Pérez de la Red por los Derechos de la Infancia.
Caso documentado en el país
Mayra Vanessa Martínez Herrera, de 10 años de edad y alumna de cuarto año de primaria, permaneció encerrada y sola en su salón durante 14 horas porque su maestra María Dolores Servín Rodríguez la castigo por haber hablado durante las clases. Ella y su hermano Lenin abandonaron la escuela desde hace seis meses ante las agresiones sufridas por realizar la denuncia.
Pese a las demandas presentadas y a la recomendación de la comisión estatal de Michoacán, la Secretaría de Educación Pública de la entidad mantiene en sus puestos a la maestra y al director Arturo Carrillo López, director de la escuela primaria General Lázaro Cárdenas, de Uruapan.
El caso fue presentado ayer por Martín Pérez de la Red de los Derechos de la Infancia durante el informe de la CIDH como un ejemplo del castigo corporal que sufren los niños a manos de sus profesores y a los responsables no se les sanciona.
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