Varias niñas admitieron en una terapia sobre educación sexual que el pastor encargado del hogar donde vivían las “tocaba”. El hombre aceptó que acariciaba a las pequeñas pero dijo que eran “actos de cariño”..
Cinco niñas acusaron al pastor y director encargado del hogar Amor y Esperanza, de Quezaltepeque, de haberlas “tocado” por las noches. El hombre, que fue capturado por la Interpol en EE.UU., aceptó los cargos pero en su defensa dijo que fueron “actos de cariño” para las niñas.
El proceso judicial en contra de José Mauricio Huezo Ortega, por el delito de agresión sexual en menor e incapaz, agravada y continuada, inició el viernes anterior con las declaraciones de las víctimas y se espera que finalice este lunes, cuando el juez emita su veredicto.
Entre las personas que declaran en contra de Ortega figura su esposa y, según fuentes judiciales, la mujer lo hace para apoyar y sustentar las declaraciones de las chicas que tienen entre cinco y 11 años y que estuvieron bajo el cuidado del imputado en el internado entre los años 2007 y 2010.
De ser declarado culpable por el juez del caso, Ortega pasaría por lo menos 80 años en prisión, ya que la fiscalía le acusa de forma individual por cada uno de los testimonios de las niñas.
Las cinco menores provienen de comunidades de escasos recursos del municipio de Quezaltepeque, en el departamento de La Libertad, y fueron llevadas por sus padres al hogar para tener mejores condiciones alimenticias y educativas.
La inocencia delatora
Todo parecía marchar bien en el hogar Amor y Esperanza; sin embargo la tranquilidad de los padres y personas que confiaban sus hijos al internado fue interrumpida cuando una promotora de salud se enteró de lo que en realidad ocurría.
Durante una charla, cuando una de las psicólogas explicaba a los niños que nadie, “ningún adulto”, podía o debía tocar sus “partes íntimas”, una de las niñas levantó la mano y dijo “pero papito Mauricio nos acaricia ahí”, refiriéndose al director y pastor espiritual del centro.
Y seguida a esa declaración se escucharon otras voces exclamar “a mí también”… “a mí también, señorita”. Eso bastó para que la profesional solicitara una evaluación psicológica para las menores.
Durante la evaluación las niñas narraron que todas las noches antes de dormir “papito Mauricio”, como le llaman las pequeñas al pastor, llegaba a las habitaciones y pasaba por cada una de sus camas para acariciar sus vientres y sus partes íntimas.
Pero además una de las niñas dijo que cuando se portaban mal les pegaban con un cincho, o dependiendo del hecho, a veces les pegaban en las manos con una cuchara sopera, para corregir los errores.
La psicóloga no dudó en interponer la denuncia ante las autoridades una vez finalizó las pruebas con las niñas, ya que sus testimonios eran pruebas suficientes.
Capturado en EE.UU.
José Mauricio Ortega fue notificado sobre la denuncia e inmediatamente arregló todo para salir del país. El hombre viajó hasta EE.UU. para huir de las acusaciones en su contra.
Sin embargo, la Fiscalía solicitó a Interpol activar la alerta para dar con el paradero del sujeto y dar seguimiento al trámite correspondiente, para que una vez capturado fuera presentado ante la justicia salvadoreña.
Ortega fue detenido y deportado hacia El Salvador por las autoridades estadounidenses a finales de febrero de este año y la semana pasada fue presentado formalmente ante las autoridades.
En su defensa, el hombre aceptó haber tocado a las niñas, como lo narraron, pero según su versión todo se trató de “actos de cariño” por el aprecio y amor que como guía espiritual siente por los niños.
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