Este material lo utilizo para los talleres sobre Violencia masculina hacia las mujeres, dentro de la comunicacion codificada masculina (no muy entendida por quien no ha sido educado y criado como hombre macho) es importante el reconocimiento de el como he sido construido? que es lo que me dijeron que es un hombre, que no es un hombre, que nos cuenten anecdotas sobre su vida de las veces que tuvo que hacer algo presionado para demostrar su hombria a los demas (otros hombres), luego buscamos chocarlo contra su ideal de justicia, de respeto, que haga la conexion "yo recibiendo violencia" contra el "yo ejerciendo violencia", eso es fundamental dentro de la codificacion masculina para iniciar procesos de cambio, estoy muy claro que los talleres vivenciales no son suficientes para cambiar los pensamientos y actos de los hombres, solo generan mas preguntas, generan cuestionamientos, lo ideal es acompañar procesos grupales, donde tengamos un espacio para hablar de nosotros, de los que nos duele, lo que nos frustra, a lo que le tenemos miedo, se necesitan recursos (que no tenemos) pero vamos caminando, lento y con lo que si tenemos, VOLUNTAD para ayudar a otros hombres a cambiar, abrasos.
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Decidí ir a la escuela a mejorar mi ingles, tal vez así no estaríamos tanto tiempo juntos y no pelearíamos tanto. Bueno, pues cada noche que me arreglaba para ir, se enojaba y no me decía una palabra, o me gritaba y me acusaba de que yo tenía un novio en la escuela.
No tengo muchas amigas, sabe, cuando mis amistades de la iglesia vienen, se pone tan grosero. El me interrumpe, me dice que no se de lo que estoy hablando y que me calle. Me da tanta ganas vergüenza y me siento tan humillada. Ya no viene nadie a visitarme y si vienen es cuando saben que él no esta y se van rapidito…
El me dice cosas groseras, me insulta y eso me duele mucho. ¿Sabe?. Don Nacho se enoja mucho porque ya no duermo con el. Pero, ¿como me voy a acostar con un hombre que me acaba de insultar y humillar?. 
A veces deseo que se vaya, hasta que se muera. Yo sé que no debo de sentir así, pero estos sentimientos son difíciles de negar. Se que me voy a ir al infierno por esto. Hable con el padre de la iglesia acerca de esto. Me dijo que debería tratar de comprender mas a mi marido y hacerlo feliz. Me dijo que yo le debía dar las gracias por muchas cosas; mis hijos nunca tuvieron hambre y nunca anduvieron descalzos y ami nunca me faltó nada. Después de esa vez que hable de mis problemas no se lo volví a contar a nadie. (Piedad, del libro mejor solas que mal acompañadas).
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