Lunes, 07 de Febrero de 2011 / 09:19 h
Silvia Ethel Matus*
La destitución de la directora del ISDEMU, Licenciada Julia Evelyn Martínez, no fue por su incapacidad o inoperancia. Uno de los elementos que juega en este despido tiene que ver con elementos de la cultura dominante, que es conservadora y que permean las decisiones políticas, por un lado; así como con el poder que ejercen las estructuras religiosas en las decisiones de los gobernantes en los distintos niveles en nuestro país.
Ya la Iglesia Católica había puesto múltiples reparos a materiales de educación sexual para adolescentes. Esta iglesia y otras, se habían enfrentado con personas de la comunidad LGBT para la reforma a los artículos 32, 33 y 34, acotando que el matrimonio debe ser solo “entre hombre y mujer, así nacidos”, discriminando a la comunidad gay.
La información del Consenso de Brasilia, que emana de la XI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe promovida por la CEPAL y la ONU, contiene propuestas a favor de la igualdad entre mujeres y hombres. Y una recomendación a los Estados: “Revisar las leyes que prevén medidas punitivas contra las mujeres que se hayan sometido a abortos”. En esta información, los medios de comunicación conservadores encontraron una veta para presionar y develar el conservadurismo del presidente Funes, quien desautorizó a la entonces directora del ISDEMU por la firma de un documento que no tenía un peso vinculante para nuestra atrasada legislación en relación al aborto. ¿Por qué no pudo argumentar el presidente Funes que decenas de mujeres mueren por abortos clandestinos mientras esté vigente la penalización del aborto?
Columnistas fundamentalistas, medios conservadores, blogs católicos como Radio Luz, Aciprensa y otros, respaldaron jubilosos la desautorización del presidente a la Licda. Martínez. El Arzobispo de San Salvador, declaró el 19 de Agosto: “Felicitamos al señor Presidente de la República por su firme decisión de no promover ninguna revisión de leyes referentes al tema del aborto en nuestro país y por haber instruido a la Cancillería para que comunique al foro internacional que nuestro país pondrá reservas al documento conclusivo del Consenso de Brasilia”.
El poder político y el poder religioso patriarcal estaban coludidos en este punto. El desafío es enfrentar estas posturas y avanzar hacia una conciencia laica en la política.
*Feminista, socióloga y poeta
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