¿Realidad o ficción? juzgue usted
de Comité Roque Dalton Uca,
el miércoles, 26 de enero de 2011 a las 10:03
Por Comité de Solidaridad Roque Dalton.
Contrario a cualquier lógica racional, en donde los que tienen menos están más insatisfechos y en la que los subsidios van a los más necesitados, El Salvador resalta nuevamente como un país de paradojas. Se otorgan más subsidios a los que más tienen y se promueve una cultura de complacencia para resignar a aquellos que no tienen nada.
La semana pasada el PNUD presentó el Informe sobre Desarrollo Humano El Salvador 2010, en el cual se plantean algunas propuestas para un nuevo modelo de desarrollo. En la primera parte del informe, se brinda un diagnóstico de la realidad salvadoreña basado en algunas cifras que resultan de vital importancia, para nosotros, el darlas a conocer. Sin embargo, para facilitar su comprensión, haremos uso de un pequeño ejemplo; para que aquel al que le llame la atención pueda ir a consultar las cifras en el informe, está disponible en internet.
Supongamos que vivimos en un país donde habitan 100 personas, 50 mujeres y 50 hombres. En ese país hipotético, el Estado gasta 100 dólares en subsidios y el país produce otros 100 dólares. Pues bien, de los 100 dólares producidos por el país las 20 personas más ricas se quedan con 52 dólares. De estas 20 personas más ricas hay cinco que no se sienten satisfechas con sus vidas; mientras que de las cinco personas más pobres hay tres que sí se sienten satisfechas con sus vidas, a pesar de que solo reciben $4.20 de lo que se produce en el país.
A la hora de invertir en subsidios, el Estado brinda, de los 100 dólares disponibles, 11.2 dólares a las diez personas más ricas, mientras que le otorga 6.2 dólares a las diez personas más pobres. De los 100 habitantes del país hay 40 que son considerados muy pobres y reciben 32.5 dólares en subsidios, mientras que los 40 más ricos reciben 44.2 dólares, es decir casi 12 dólares más.
De las 50 mujeres solo trabajan 24, mientras que de los 50 hombres trabajan 40. De los 100 habitantes del país hay 40 personas que son consideradas muy pobres, de estas hay 13 que no reciben subsidio a energía eléctrica, mientras que hay 20 que no reciben subsidio al agua potable. Finalmente, de los $100 que el país produce gasta $104, lo que nos hace el tercer país más consumista del mundo.
Como vemos El salvador es un país altamente desigual e injusto, el Estado se preocupa por aquellos que más tienen y excluye a los que más ayuda necesitan. Y en un país con estas características los subsidios generalizados terminan favoreciendo más al rico que al pobre. Lastimosamente aún se escuchan voces que reclaman ante medidas como la racionalización del subsidio al gas o al cambio en el pliego tarifario de ANDA, ciertamente aquellos que reclaman son los que tienen acceso a los grandes medios y que no necesitan de estos subsidios.
¿Es este el país que queremos?
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