Miércoles, 15 de Junio de 2011 / 10:52 h
Geovani Montalvo
Redacción Diario Co Latino
Mientras Carmen cocinaba, Jaime permanecía sentado frente al televisor, inmóvil y atento al programa de boxeo que se transmitía cada viernes a la misma hora. Fiel a los consejos de su padre, quien le decía “los hombres deben llevar los pantalones en el hogar”, el esposo ni se inmutaba por lo que había ocurrido hace unas horas.
Apenas transcurrían dos semanas desde que Carmen y Jaime habían contraído matrimonio, cuando era la segunda vez que la golpeaba. Una bofetada tan fuerte que, al día siguiente, a ella le amaneció el cachete hinchado y el ojo morado.
Como un círculo vicioso, ella lo perdonaba y volvía a imperar la violencia conyugal. La golpeaba, la maltrataba física y moralmente, le pedía perdón y ella lo perdonaba. Todo finalizó cuando se llevaron a Jaime a la cárcel.
Con una orden del juez, y después de algunas terapias obligatorias, Jaime se rehabilitó y ahora invita a que los hombres agresivos comprendan que están mal y que pueden recuperarse.
Comenta que cuando golpeaba a su esposa sentía tener el poder, pero se dio cuenta de que en realidad “era un inseguro, temeroso y cobarde, que me ocultaba tras la ira y la frustración”.
Confiesa que él realmente pensaba que los hombres son superiores a las mujeres, más inteligentes, más racionales, más capaces. Ahora se da cuenta de lo absurdo y errado que estaba. “Pensaba que si no me comportaba así, dudarían de mi hombría, de mi masculinidad; y eso me asustaba. Ahora sé que era homofóbico”.
Conocer una nueva masculinidad le cambió la vida. Reconoce que creció con ideas patriarcales y rígidas, que reprodujo el machismo. Pero ahora sabe que el modelo de hombre que existe en la sociedad no es el más adecuado, y es posible otro modelo de masculinidad, uno que aporte a la construcción de la equidad de género.
Iván Jiménez, director de la asociación Hombres Contra la Violencia (HCLV), trabaja desde hace varios años con hombres como Jaime en todo El Salvador y explicó a Diario Co Latino que es posible aportar desde una nueva masculinidad a la lucha por una vida libre de violencia.
“La propuesta del nuevo modelo de hombre va encaminada a iniciar procesos metodológicos, talleres, charlas, grupos de auto ayuda; ir cambiando poco a poco ese mandato de hombre fuerte, hombre violento, el hombre no llora, el hombre es la cabeza del hogar”, explicó Jiménez.
La organización tiene como objetivo ir descodificando este mensaje para luego proponer un hombre diferente, un hombre nuevo, un hombre que se integre a las labores del hogar, que sea diferente totalmente al modelo de hombre actual.
Esta organización también trabaja de la mano con instituciones del Gobierno y organizaciones de la sociedad civil para promover el tema de masculinidad. Iván Jiménez reconoció que el ejecutivo ha dado importantes pasos a la no discriminación; sin embargo, subrayó que aún falta camino por recorrer. “Estamos trabajando con diferentes unidades a nivel nacional. Nos llaman y vamos. De hecho, nuestra organización no cuenta con financiamiento pero aún así compartimos esta nueva experiencia de ser hombre, es como un reto. Cada día los
hombres se convencen de que al ser hombre tradicional se paga un precio alto en cuanto a las lesiones, a la paternidad y la sexualidad”, concluyó Iván Jiménez.
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