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Aqui en nuestro pais, con Save the Children hemos venido trabajando a favor de la niñez salvadoreña desde hace varios años y seguimos en convenios a favor de las juventudes...
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01/04/2011
Los conflictos siguen siendo una de las principales amenazas para la supervivencia de los niños: de los 10 países que poseen la mayor tasa de mortalidad de menores de cinco años, siete padecen un conflicto armado, según denuncia en un comunicado Save the Children.
Además de acabar con sus vidas o provocar daños, el impacto de los explosivos influye en su acceso a la sanidad o a la educación, ya que muchos hospitales y escuelas quedan destruídos. Sólo en la primera mitad de 2010, el conflicto y los ataques en Afganistán dejaron fuera de la escuela a más de 400.000 niños, como refleja el informe.
La ONG destaca que tan devastador como el daño físico es el impacto psicológico. El armamento explosivo puede causar enfermedades psicológicas a largo plazo, y por consiguiente afectar a la educación y la sociabilización de los menores, haciéndoles más vulnerables a la explotación y el abuso.
Población civil, objetivo militar
En los conflictos modernos, las muertes de civiles suponen el 90% de todas las bajas. Según el documento, cada vez más actores armados no estatales son los responsables de la muerte de menores de edad, pero los niños son también particularmente vulnerables a los explosivos lanzados desde el aire y que, a pesar de responder a objetivos militares, acaban con la vida de población civil.
Desde la ONG Save the Children, recuerdan que el Derecho Internacional Humanitario prohíbe los ataques indiscriminados y establece que se deben tomar las medidas de precaución previas para evitar daños a personas u objetivos civiles, limitandose a objetivos militares. El caso de Yemen, donde los niños acuden a las manifestaciones habitualmente, es especialmente preocupante.
Cada año, las minas terrestres matan o mutilan a entre 8.000 y 10.000 menores de edad. Allí donde se tienen datos sobre la edad de las víctimas, se tiene constancia que los niños representan el 41% de las mismas. En Afganistán, por ejemplo, la muerte de menores supone el 50% de las bajas provocadas por artillería que permanece sin explotar. Durante la operación 'Plomo Fundido' llevada a cabo sobre la franja de Gaza en 2009, un tercio de las víctimas civiles eran menores de edad.
Desde el informe 'Impacto devastador: armas explosivas e infancia' , se insta a los Estados y actores no estatales a comprometerse a no utilizar explosivos en áreas pobladas en todos los conflictos en los que están involucrados, especialmente cuando exista la posibilidad de que dichos explosivos tengan un impacto directo o indirecto sobre las vidas de menores de edad.
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