Una de las cosas que me satisfacen es poder llevar a mi ultima hija de 8 años a la escuela (la de 14 años me dijo hace meses que se podia ir sola), lo disfruto mucho, me siento parte de ella, caminamos y hablamos, me cuenta sus cosas, platicas con sus compañeritos y compañeritas, juegos y tareas, al ir tomados de la mano siento la conexion de padre e hija, la confianza que tenemos el uno a la otra, lo codependientes emosionales que nos hemos convertido.
Ella ha vivido siempre en mi construccion de la nueva masculinidad libre de violencia, ella es mi "violentometro", con ella mido cuando puedo estar fallando, "saliendome del huacal" o "sacando la caja de lustre", me ayuda a mantenerme en mi nueva etapa de padre, amigo, compañero, primo, hermano, hijo, facilitador, luchador social, etc. totalmente diferente a lo que fui.
El ultimo día de clases y aun no repartian todos los uniformes, los zapatos no los dieron, que pasó? no se, quedamos pendientes sr. Ministro de Educacion.
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