En este final de año nuestro "San" nos comparte esta reflexion

UN NUEVO AÑO UN NUEVO CANTO



“Venid, cantemos con gozo al SEÑOR, aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. Vengamos ante su presencia con acción de gracias; aclamémosle con salmos. Porque Dios grande es el SEÑOR, y Rey grande sobre todos los dioses, en cuya mano están las profundidades de la tierra; suyas son también las cumbres de los montes.” Salmos 95:1-4

Hemos dado grandes pasos en el 2009, hoy nos adentramos a un año nuevo, compartiendo la invitación que encontramos en el Salmo 95, con un canto renovado en fortaleza, voluntad, decisión y solidaridad.

Y nuestro gozo y júbilo lo hemos logrado con esfuerzo y valentía contra la maldad, la conspiración, la confabulación, la manipulación y especialmente contra la homo-lesbo-transfobia de la sociedad en que vivimos.

Encontramos la roca de nuestra salvación que es Jesucristo, tan fuerte y protectora que nada ni nadie nos podrá mover. Hemos ganado batalla tras batalla en el ámbito organizacional e incidencia política; y en el 2010 nos proponemos ganar más terreno en leyes secundarias y constitucionales nacionales. En la comunidad LGBT nos hemos amparado en el Derecho Internacional como los Derechos Humanos y los Principios de Yogyakarta.

En la Tierra y en el Cielo, somos grandes, somos Hijos de Dios, por eso venimos ante su presencia con acción de gracias y aclamamos al Señor del Universo, pues es Señor y Rey sobre todos los dioses. Logramos unirnos lesbianas, gay, bisexuales y trans con un propósito común: respeto a nuestros derechos ciudadanos. Movimos a la Asamblea Legislativa, los medios de comunicación desinformando a diestra y siniestra, saltaron las iglesias con doble moral. Y con gran esperanza, esperamos resoluciones legislativas el nuevo año, ansiando los cambios prometidos pues vemos apertura, inclusión, progreso.

Valientemente, queremos una Constitución que nos incluya porque todos(as) somos iguales ante la ley sin distinción de raza, credo, religión, género, orientación sexual, estado de salud, estado económico. Y algún día, legalizar la unión entre personas del mismo sexo, pudiendo adoptar niños(as). Seguiremos presionando por un Estado laico y un cambio de conducta en esta sociedad sexista y patriarcal, un reto para nuestras organizaciones e iglesias progresistas.

La integración de toda la Diversidad Sexual está fundida en el amor ágape que nos enseña Jesucristo cuando él nos incluye con la frase “para que todo(a) aquel(la) que en él crea no se pierda más tenga vida eterna”. Esta promesa divina, nos llena de gozo y júbilo para seguir de frente siempre adelante y solo detenernos para dar buenas nuevas de salvación en un nuevo canto.

Felices fiestas de fin de año
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Rev Luis Guzmán

Pastor y Director ICM Misericordia de El Salvador
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