1° de diciembre de 2009
El mundo es testigo de cómo, en algunos países, se están logrando progresos para detener la epidemia del SIDA. Las inversiones realizadas en la lucha contra el SIDA están dando resultados y salvando vidas.
Por otra parte, a nivel mundial, los nuevos casos de infección eclipsan los progresos logrados con el tratamiento, y el SIDA sigue siendo una de las principales causas de muerte prematura.
Este año, en el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, el desafío que enfrentamos es claro: debemos seguir aplicando las medidas que dan resultado, pero también debemos hacer más, con carácter urgente, para cumplir el compromiso que asumimos de lograr el acceso universal a los servicios de prevención, tratamiento, atención y apoyo en materia de VIH para 2010.
Sólo se logrará este objetivo si aplicamos plenamente los derechos humanos a la cuestión del VIH. Esto significa luchar contra cualquier forma de estigma o discriminación relacionados con el VIH. Significa eliminar la violencia contra la mujer y la niña. Significa asegurar el acceso a la información y a los servicios relacionados con el VIH.
Insto a todos los países a eliminar las leyes, las políticas y las prácticas punitivas que dificultan la respuesta al SIDA, incluidas las restricciones de viaje impuestas a las personas que viven con el VIH. Las respuestas al SIDA eficaces no castigan a las personas sino que las protegen.
En muchos países, los marcos jurídicos institucionalizan la discriminación contra los grupos de mayor riesgo. Ahora bien, la discriminación contra los trabajadores de la industria del sexo, los toxicómanos y los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres no hace sino contribuir a la epidemia e impedir que se realicen intervenciones eficaces en función de los costos. Debemos asegurar que las respuestas al SIDA se basen en pruebas concretas, no en ideologías, y llegar a las personas más necesitadas y afectadas.
Las personas que viven con el VIH pueden ser modelos que nos inspiren a enfocar mejor la prevención, la salud y la dignidad humana. Debemos reconocer su contribución y promover su participación activa en todos los aspectos de la respuesta al SIDA.
En este Día Mundial de la Lucha contra el SIDA defendamos los derechos humanos de todos aquellos que viven con el VIH, los que están expuestos al riesgo de infección y los niños y las familias afectados por la epidemia. Hagamos de la respuesta al SIDA, sobre todo en esta época de crisis económica, un medio para avanzar hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Pero sobre todo, actuemos ya.
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